domingo, 29 de marzo de 2009

S A L U D O A U N A M I G O
===============================



Acompañas a las mujeres en su iniciación sexual, las acompañas, y cómo, durante todo el parto. Pero cuando me parieron, te viniste conmigo, así mi madre lo tuvo más fácil. Se despachó con seis partos más, era su venganza y su derecho.
Me acompañaste durante la infancia. No recuerdo bien cuando nos conocimos. Con tres años supe quien eras y donde estabas.
De los tres (hermanos mayores) yo era, aparentemente el más sanote, el más guapote, y tú te encargaste de joderme. Era fachada sin fondo. ¿Qué mal lo pasé!
En la pubertad, todos me auguraban tu desaparición. Tú erre que erre, no te marchaste, te aposentaste.
Y volviste a amargarme la existencia. Fracasé, gracias a ti, en muchas cosas, en varios de mis intentos de tomar parte en la vida activa,
Y con mis hermanos, mucha alma y pocas chichas. No se trataba de competir, sí de igualar y resistir, y una vez más arruinaste la convivencia.
Me secuestraste durante la juventud y acabé mandando al traste el proyecto de mi vida.
Pude reincorporarme a vivir y reiniciar un proyecto, que, gracias, no precisamente a ti, sino a mi perpetua y leal compañera, ha sobrevivido.
Pero eres pertinaz e insististe, en participar, en mi vida y me llevaste, como prostituta por rastrojo, del hule al diván y del diván al hule; te regocijaste en ello, por eso repetiste y no me dejaste en paz.
Habías intentado, aunque no lo conseguiste, derrotarme en lo físico. Trataste de hacerlo en lo psíquico, a punto estuviste de derrotarme, pero me levanté, incluso alguien dice que, a estos profesionales de los males mentales, los engaño. Tú a mí no me engañas; sé que estás aquí y volverás a joderme la existencia.
Te ataqué, te ataco y te atacaré siempre, con todos los medios a mi alcance en cada momento, sé que eres fuerte y me ganarás, pero no me vencerás.
Me llevas por caminos muy duros y difíciles, muchas veces pienso en tirar la toalla y no quisiera que lo vieras.
Un gran deseo me mantiene y lucharé por ello; me gustaría perderte de vista, que te alejases, que me olvidaras, que desaparecieses de mi vida, para siempre y sé que no es posible, que no lo veré, que te soportaré.



En estos días, que espero todavía lejos del final, insistes con pertinaz virulencia, te mantendrás, pero no ganarás todavía, te lo repito. Sé que el tiempo se hará largo, los días de veintiséis horas, las semanas de ocho días, los meses de seis semanas...
No ganarás porque existen terrenos en los que te venceré holgadamente; al menos en la perseverancia en tu contra
Todo llegará, lo sé y para entonces, espero haber conseguido tu derrota, haber acabado con tu paciencia y tu insistencia.
También sé que, mientras, puedes agotarme, malherirme e incluso devorar mi paciencia y mi esperanza, entonces, sí, habrá llegado el momento cumbre de mi existencia. Ya nada importará, todo se habrá acabado. Lástima que Alguien tendrá que acabar con mi vida para acabar con tu influencia sobre mí. Antes de expirar quiero poder gritar ¡Adiós amigo Dolor!
¡Ah!, por favor, espera, perdona, creo que tengo algo que añadir... Anoche estaba cenando con una amiga, recordando otros tiempos y otras conversaciones y apareció una frase que hacía tiempo habíamos comentado: “Si no puedes vencer a tu enemigo, alíate con él “

Tengo algunos años para poder percibir en determinados momentos que, en otros, he podido obrar precipitadamente y en algunos temas no he sabido encauzar las soluciones. Mi enfrentamiento contigo pudo adolecer de un planteamiento sincero. Creo que reaccioné, de alguna manera, como un estúpido, y ¿quién no hubiera hecho lo mismo?
Pudo haber sido de otra manera, pero no lo fue. Y ahora me queda la esperanza de haber aprendido algo. He aprendido que jamás debiéramos habernos enfrentado. No puede ni debe haber vencedor ni derrotado. Debí haber tratado de entendernos, de vivir juntos, compartir nuestra existencia.
Nunca es tarde si conseguimos reunir las fuerzas y seguimos, juntos. Lo vamos a conseguir.
Tú vas a ser, hasta el final, mi buen y verdadero compañero de viaje, mi socio en esta aventura magnífica y maravillosa que es la vida
Debería pedirte perdón por las acusaciones de ser la causa de mis fracasos ¿o debería, mejor, decir que has sido la fuerza oculta que, por contradicción, ha ido ayudándome a salir de las situaciones más comprometidas?
No quisiera seguir con disculpas y excusas, lo he hecho mal, lo siento y lo reconozco; lo hecho, hecho está. No me arrepiento porque no habrá otra ocasión de repetir y porque tampoco arreglaría nada, tal vez más resentimiento.
De verdad y corazón, ánimo y adelante, ¡Bienvenido a bordo amigo DOLOR!

2 comentarios:

Paloma Sainz dijo...

Q bonito querido Fernando, y q acierto, el dar la bienvenida, y además escribirlo, todavía mejor :). Me gusta la estructura del texto, el recorrido por tu vida, tu conversación con "él", y el cambio casi justo al final, todavía le da más fuerza a lo que reivindicas aquí, y q creo q es totalmente acertado, bailar con él, sabiendo q está, q ha estado, o q va a estar, q no se puede luchar contra "él" con odio... ni se puede luchar contra nada con odio... Pero se puede bailar con él, y esto es magia, porque hace cambiar todo.
Besos

ASTEROIDE B 612 dijo...

Alguien me recomendó la lectura de este texto, no pensé que me sirviera de recuerdo. Yo me alié con él desde un principio, aunque le planté cara y tampoco acabó conmigo. Volverá, seguro que volverá, y vuelve de improviso cuando menos lo espero, me ataca y le ataco, y venzo. ¡Ja! Claro que venzo. La otra nos ganará a todos, pero que espere, que tenemos que llenar muchos folios todavía. Intentaré darme prisa por si acaso.
Bravo Fernando, de toda situación sale algo positivo. Siempre. De esto, de momento, un buen texto y, seguro, un buen respiro. ¡Adelante, valiente!