domingo, 3 de mayo de 2009

Yo también quiero sentir y recordar

Cuántos deseos y quereres! Tienes suerte de poder recordarlos, tienes suerte de poder verbalizarlos y manifestarlos. Tienes suerte porque, aunque abandonada (¿?), sigues queriendo y deseando. Quien quiere, desea y espera, en algún momento, es querida y consigue su Esperanza.
Tienes suerte de alimentar todos estos sentimientos porque en verdad tienes memoria y es el recuerdo quien te trae al deseo de lo que percibiste y porque no es el mismo disfrute compara y desea aquello otro.
Recuerdo, porque gracias a la memoria puedo saber qué es lo que conozco, puedo desear sentir lo que recuerdo que sentí, puedo desear amar porque la memoria me dice qué es amar y por lo mismo puedo desear el amor para mí.
¡Cuántas veces he recordado lo que pasó! ¿He recordado lo que viví? Siempre recuerdo un instante, ¿por qué? ¿porque se escapó al momento y quiero mantener lo sentido y vivido?
No recuerdo tiempos felices de la infancia, no puedo, tal vez, recordar períodos felices de mi juventud cuando empezaba a vislumbrar la posibilidad de un futuro que quería conseguir feliz
No recordamos aquellos largos paseos por el parque grande cogidos de la mano, no recordamos aquellas tardes de primavera preparando juntos el primer examen de final de mayo cuando ya sentíamos vibrar el corazón con su presencia.
Recuerdo aquel primer beso detrás de los arbustos, de aquel otro, primer roce, como si fuera la concienciación de nuestra masculinidad-feminidad. Las cortísimas semanas (aunque fueran varios meses) de ilusión y felicidad tras la recuperación de un amor luego del dolor de una ruptura sentimental, y más tarde, los largos e interminables preparativos de boda pensando en la vida en común y todos aquellos años de felicidad vividos, no, esos hechos son demasiado extensos en el tiempo para tener un icono que los traiga a la realidad.
Si repasamos los recuerdos manifestados, cada cual los suyos, no hemos visto u oído ninguno que nos hable de estados de felicidad, tiempos que recordemos como felices, épocas que hayamos vivido intensa y felizmente.
Prefiero recordar instantes porque en ellos lo que se encierra es más intenso y puro, porque las racionalizaciones no han aparecido, todavía; las disensiones o dificultades aparecen en lo extenso en el tiempo. Por eso los instantes son más disfrutados en el recuerdo y con una intensidad muchas veces soñada, porque también el recuerdo tiene su magia…
Pero yo también quiero expresar aquí un deseo y un querer que llegue para todos y cada uno de los lectores: quiero que todo lo deseado y sin perder la esperanza nos llegue antes de que no podamos recordarlo.
Recordando, finalmente, podemos conocer y querer, desear, amar y disfrutar…

2 comentarios:

ASTEROIDE B 612 dijo...

El recuerdo tiene su cara y su cruz. Su nostalgia y su olvido. Su amor y su fracaso. El recuerdo tiene todo lo vivido.

PHAROS dijo...

genial me gusta por fin has publicado algo nuevo

ANTES DE RECORDAR HAY QUE VIVIR Y NO MORIR VIVIENDO

UN BESO